El juego simbólico es una actividad natural de los niños. Se caracteriza por el uso de objetos o acciones para representar algo que no está presente o que no es real. Por ejemplo, un niño puede fingir que un sombrero es un coche o que un palo es una espada.
También conocido como “make-believe“, es cuando los niños fingen ser cosas que no son. En ocasiones suele incluir elementos de atrezzo (rollos de papel higiénico como dinero, guías telefónicas, cajas o maletas vacías, etc.) los niños actúan como si fueran otros objetos totalmente diferentes. Por ejemplo, actúan como si el rollo de papel higiénico fuera dinero o como si la caja vacía fuera una bomba que puede hacer volar su casa.
Los niños pasan gran parte del día aprendiendo sobre el mundo que les rodea. Para que el aprendizaje se produzca los niños necesitan estar expuestos al mundo, a la comprensión del lenguaje, a oportunidades de exploración, a otros individuos que puedan dialogar con ellos, a diversos objetos que no sean excesivamente estimulantes o peligrosos, al entorno natural, a la cultura y a experiencias pasadas que puedan compararse con las nuevas.
Toda esta exposición tiene lugar dentro de un mundo interior extremadamente activo. Los niños están expuestos a este mundo a través de sus sentidos, de la experimentación, de las interacciones con su entorno.
Este tipo de juego es una forma de que los niños pequeños practiquen y desarrollen su imaginación y sus habilidades mentales. De hecho, es una parte muy importante del proceso de desarrollo cognitivo, porque ayuda a los niños a aprender sobre el lenguaje, la resolución de problemas, las habilidades sociales, a ejercitar y perfeccionar sus habilidades motrices.
La idea del juego simbólico fue introducida por primera vez por el psicoanalista suizo Jean Piaget. Este se interesó por la forma en que los niños desarrollan sus conceptos de tiempo y espacio.
Piaget observó que los niños pequeños solían jugar con los juguetes de forma repetitiva. Por ejemplo, un niño empujaba un coche de juguete hacia delante y hacia atrás por un suelo enmoquetado durante horas. Aunque el coche de juguete se movía en línea recta por el mismo tramo de suelo, el niño podía imaginarse que salía en diferentes direcciones o incluso que doblaba las esquinas. De este modo, parecía que se movía muy rápidamente de un lugar a otro, aunque en realidad se quedaba en un solo sitio todo el tiempo.
Piaget calificó este tipo de juego de simulación como simbólico, ya que el niño utilizaba el coche de juguete como símbolo de otra cosa que imaginaba mientras realizaba esta actividad, como viajar o ir a algún sitio.
Los niños utilizan símbolos para representar objetos reales. Pueden fingir que un peluche es un bebé y alimentarlo con un biberón. O pueden fingir que un par de zapatos viejos representa un coche. Para realizar este tipo de juego imaginativo, los niños deben entender que los objetos pueden representar otra cosa (simbolizar), y también deben entender lo que el objeto representa (su significado).
El juego simbólico se puede diferenciar dependiendo de la edad con la que se juegue. Por eso, diferenciaremos varias etapas:
El juego pre-simbólico comienza normalmente entre los 12 y los 18 meses e imita los comportamientos de los adultos.
Se caracteriza por el desarrollo de la comprensión de que los signos son símbolos arbitrarios como: el uso funcional de los objetos diarios, asocian acciones o gestos, por ejemplo saludar, beber agua. El niño comprende que las palabras no son necesarias para comunicar ideas e intenciones.
Fingen ser una mamá, un papá, un médico, un superhéroe, un profesor o cualquier otro papel, los niños empiezan a experimentar con los roles y responsabilidades de los adultos. Además, son capaces de planificar el juego, de improvisar y la interacción con otros niños hace que, en muchas ocasiones, se convierta en un juego cooperativo.
Estos juegos son muy importantes en el proceso educativo de los niños, especialmente en la edad de formación, cuando la mente es más receptiva.
Por otro lado, otra de las características de los juegos simbólicos puede ser los tipos de estos:
Los niños pueden montar un escenario de fantasía en el que pueden representar diferentes papeles o situaciones con accesorios como muñecos, animales de juguete o peluches. También pueden hacer dibujos o construir con bloques para crear una escena para su escenario.
Los niños pueden idear un amigo imaginario, un compañero que acompañe al niño en sus aventuras cuando juega solo. Los amigos imaginarios suelen surgir de los propios reflejos del niño, por ejemplo, cuando se mira en un espejo o ve su reflejo en el agua. Algunos compañeros imaginarios pueden inspirarse en algo del entorno del niño, como un muñeco o un animal de peluche que tiene un carácter especial.
Un juego simbólico se basa en representaciones reales que sirven para enseñar lecciones de vida significativas a los más pequeños. Los símbolos de estos juegos suelen representar ideas abstractas, valores o principios morales. También son conocidos como herramientas educativas para desarrollar la creatividad, la capacidad de resolver problemas y la habilidad cognitiva, entre otras.
Estas son las diferentes áreas de desarrollo en las que influye los juegos de roles: